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Convivencia familiar en verano: tiempo de calidad o factor de estrés

Reinventar la crianza en tiempos de aceleración

La convivencia entre padres, madres e hijos durante los meses de verano puede ser un reto, pero también una oportunidad única para fortalecer los vínculos familiares y fomentar un desarrollo saludable de los niños. Así lo explica Cristina Gutiérrez, educadora emocional y directora de la Granja Ability Training Center.

Acceso a la entrevista completa Cristina Gutiérrez Lestón, en nuestro canal Youtube

Acceso a la entrevista completa a Cristina Gutiérrez Lestón, en nuestro canal Youtube. INÈDIT Agència

Según Gutiérrez, la sociedad ha experimentado cambios significativos que afectan directamente a la manera en que criamos a nuestros hijos. Destaca tres factores clave: la hiperocupación, la aceleración del mundo y el aumento de la protección. La sociedad actual está constantemente ocupada y vivimos a un ritmo frenético, lo que a menudo nos impide parar y dedicar tiempo de calidad a nuestros hijos. Además, el aumento de la protección, a menudo derivado del miedo, ha llevado a la sobreprotección, creando niños y niñas con baja autoestima, dependientes y con relaciones menos saludables.

«Estamos tan centrados en hacer cosas que nos hemos olvidado de ser»

La llegada del verano conlleva una reorganización de la planificación diaria. Los niños tienen más días de vacaciones que sus padres, lo que puede generar conflictos. Sin embargo, Gutiérrez ve este periodo como una oportunidad para parar y reducir la angustia. «Estamos tan centrados en hacer cosas que nos hemos olvidado de ser, de parar para ser», afirma. Según una encuesta realizada a 900 alumnos de la Granja, los niños piden a sus padres que hablen, que los miren y que respiren con ellos, un indicativo claro de la necesidad de reducir el ritmo frenético.

En este sentido, un estudio de Larson y Richards (1994) demuestra que el tiempo compartido en actividades de ocio puede mejorar la comunicación y la cohesión familiar. Los autores señalan que «el tiempo de calidad compartido entre padres e hijos durante las vacaciones puede promover una mayor proximidad y entendimiento mutuo» (Larson & Richards, 1994).

Del mismo modo, la convivencia intensiva también puede tener un impacto significativo en el desarrollo infantil. Según Fiese et al. (2002), «las experiencias familiares durante el verano pueden influir en el desarrollo socioemocional de los niños, proporcionando oportunidades para aprender habilidades de resolución de conflictos y mejorar la resiliencia» (Fiese et al., 2002).

Millennials y crianza

Los millennials, que ahora se incorporan a la paternidad y maternidad, presentan características propias en su manera de criar. Gutiérrez destaca que son influenciables por las modas, pero también creativos e innovadores. Sin embargo, a menudo toleran menos la frustración y tienen menos capacidad de sacrificio que las generaciones anteriores. También se muestran más permisivos con el uso de pantallas, lo que puede tener consecuencias negativas para el desarrollo cognitivo y emocional de los niños.

«El aumento de la convivencia durante periodos prolongados puede resultar en una mayor incidencia de conflictos»

Además, este tiempo adicional que ofrece la época estival también puede ser fuente de estrés y conflicto. La falta de rutina y la constante interacción pueden llevar a tensiones. Un estudio de Milevsky (2005) sugiere que «el aumento de la convivencia durante periodos prolongados puede resultar en una mayor incidencia de conflictos, especialmente en familias con problemas de comunicación preexistentes» (Milevsky, 2005).

Así, es importante estructurar las actividades y mantener ciertas rutinas. La investigación de Offer y Schneider (2007) indica que «las familias que planifican actividades y mantienen algunas rutinas diarias durante el verano tienden a experimentar menos estrés y una mayor satisfacción familiar» (Offer & Schneider, 2007).

Consejos para una crianza consciente en verano

Para Cristina Gutiérrez, es fundamental aprovechar el verano para fomentar el bienestar familiar. Sus consejos esenciales para padres y madres son:

  • Parar: reducir el ritmo frenético y dedicar tiempo a estar presentes con los hijos.
  • Decidir qué queremos: reflexionar sobre los valores y objetivos que queremos transmitir a nuestros hijos.
  • Organizarnos: planificar actividades que permitan disfrutar del tiempo en familia y mantener unas rutinas saludables.

Gutiérrez destaca la importancia de escuchar a los niños y recordar que cada miembro de la familia tiene un papel en la creación de un ambiente de calma y bienestar en el hogar. El verano puede ser una oportunidad para redescubrir la importancia de estar presentes, reducir el uso de pantallas y fomentar una convivencia más armónica.

Así que… ¡paremos, escuchemos a nuestros hijos y pasemos tiempo en familia!

Fuente: Inèdit Agencia.

Referencias citadas:

Fiese, B. H., Tomcho, T. J., Douglas, M., Josephs, K., Poltrock, S. & Baker, T. (2002). A review of 50 years of research on naturally occurring family routines and rituals: Cause for celebration? Journal of Family Psychology, 16(4), 381-390.

Larson, R. W. & Richards, M. H. (1994). Divergent Realities: The Emotional Lives of Mothers, Fathers, and Adolescents. Basic Books.

Milevsky, A. (2005). Compasión y conflicto: La relación entre hermanos. Publicaciones de la Universidad de Cambridge.

Offer, S. & Schneider, B. (2007). Children's Role in Housework and Interactions with Parents: A Case Study in Family Time Use. Journal of Family Issues, 28(3), 319-346.

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