En 1974, Herbert Freudenberger, un médico psiquiatra que trabajaba como voluntario en un centro de salud, percibió que la mayoría del personal, tras un periodo de tiempo de entre 1-3 años, manifestaba una serie de síntomas, entre los cuales destacaban: la pérdida progresiva de interés, motivación y energía, que se traducían en agotamiento, ansiedad y depresión. Una conducta que revertía en el trato con los pacientes, llegando a culparlos como causa de sus propios males. 

A este patrón de conducta Herbert Freudenberger lo denominó bornout, que viene a significar estar cansado, quemado.

Existen diferencias entre este patrón de conducta, bornout, y lo que coloquialmente conocemos como estrés, aunque ambas son consideradas una amenaza seria para la educación. Así, frente al estrés general, se considera el bornout como una de las posibles respuestas al impacto acumulativo del estrés laboral crónico, considerándose este como su etapa final, mientras que el estrés se refiere a procesos temporales más breves.

"Un 37,4% de los profesores confirman padecer importantes niveles de estrés en el trabajo"

En cualquier caso, la relación que existe entre trabajar en un centro educativo y los problemas de salud es un tema que desde hace más de 30 años ha generado numerosos estudios, y los datos subrayan que el estrés laboral de los docentes es un problema realmente grave que se traduce entre otras cosas en:

•  Aumento de número de bajas laborales.
•  Aumento de casos de acoso al profesorado.
•  Intentos de abandonar la profesión.
•  Aumento del absentismo.
•  Aumento de jubilaciones anticipadas.

Así, alrededor de un 37,4% de los profesores confirman padecer importantes niveles de estrés en el trabajo, principalmente provocados por el miedo a ser físicamente agredidos por los alumnos y por la poca cooperación de los padres en situaciones de disciplina escolar (FETE-UGT). Estos datos reflejan la complicada situación laboral que padecen algunos profesores, quienes en algunos casos optan por tirar la toalla.

Desde la plataforma Educaweb se señalan algunas de las causas más significativas de este patrón de conducta:

• La sobrecarga de tareas.
• La existencia de ratios de alumnos excesivamente altos.
• Alumnos poco motivados.
• Aumento de las responsabilidades del profesorado.
• El reconocimiento social.
• El deterioro de la convivencia entre padres y profesores.
• La falta de formación para afrontar la llegada de nuevas tecnologías. 

La solución a esta grave situación solo parece posible a través de una actuación conjunta entre centros y administración educativa, una solución compleja pero posible que requiere de medidas de prevención orientadas a paliar los principales síntomas de deterioro de la convivencia escolar y termine para siempre con los dos peores conpañeros de los profesores, el estrés y bornout.

Más información:

- Informe de UGT y FETE  sobre el estrés en la enseñanza

- Monográfico sobre el estrés en el mundo laboral de Educaweb

- Sobre el síndrome bornout

- Educaweb