¿Es apropiado el cine de terror para los niños?

El cine es un arte que no ha dejado de mejorar en todos los aspectos: técnico, interpretativo, musical… desde su aparición, y quizás a eso se debe su éxito casi constante. Gracias a estas mejoras los diferentes géneros son capaces de representar las escenas con más realismo y mayor impacto emocional; ese es, por ejemplo, el caso de las películas de terror, que cada vez logran con más facilidad atrapar al espectador en la historia, consiguiendo que experimente una empatía hacia los personajes que a veces ni las situaciones más dolorosas de la vida real logran hacerle sentir.

¿Cómo se comporta nuestro cerebro ante una escena de miedo?

Esta capacidad del cine, y especialmente de las películas de terror, no es casual, sino que se trata de un efecto estudiado y hecho aposta. A lo largo de estos últimos años se ha estudiado el comportamiento del cerebro ante escenas terroríficas, y se ha comprobado que estas afectan directamente a las emociones. Las historias provocan alegría, tristeza o miedo, y pueden cambiarte completamente el estado de ánimo.

El cine afecta a las emociones

Cuando estamos viendo una película nos relajamos y el cerebro se desconecta, pero en el momento en que aparece una escena de miedo instintivamente nos asustamos, gritamos o saltamos de la butaca, entonces nuestro cerebro reacciona y vuelve a activar el sistema motor consciente.

Las escenas más aterradoras de este tipo de películas son capaces de activar nuestros instintos primarios, por eso lo primero que hacemos es intentar protegernos y avisar del peligro a las demás personas.

Las escenas más aterradoras de este tipo de películas son capaces de activar nuestros instintos primarios

El diario El Mundo se hizo eco en 2011 de un estudio realizado por la Universidad de Nueva York en torno a este tema, que posteriormente se publicó en la revista Science. Los científicos de esta universidad reunieron a 80 voluntarios para conocer cómo afectaban las escenas de terror al cerebro. Las resonancias magnéticas realizadas mostraron que el cerebro reorganiza sus redes neuronales para responder al estrés. Esta investigación comprobó que los sentidos se agudizan cuando el cerebro se altera al ver estas escenas de terror. Esto hace que el temor afecte más a nuestros sentidos, que entran en un estado de alerta que fomenta el recuerdo de malos momentos de nuestra vida. Este estado de alerta perjudica, además, a nuestra capacidad de análisis para actuar ante esta situación de peligro.

Los sentidos se agudizan cuando el cerebro se altera al ver estas escenas de terror, lo que provoca que el temor afecte más a nuestros sentidos, que entran en un estado de alerta

Una ciencia para estudiar la relación entre cine y cerebro

Estudiar la reacción del cerebro ante los estímulos del cine ya es una ciencia. Se denomina neurocinemática y fue creada por el investigador Uri Hasson. Esta ciencia confirma que el cerebro humano es propenso a crear respuestas muy similares a las emociones que ve en las películas, como el miedo o el suspense.

Según la neurocinemática el cerebro crea respuesta a las emociones que experimenta

Gracias a esta ciencia, la forma de hacer cine se está revolucionando. Ahora los directores tienen un gran control sobre las emociones que activarán en los espectadores a través de las escenas rodadas. Es probable que en un futuro puedan elegir directamente qué reacción quieren provocar en los espectadores conociendo ya de antemano las escenas ideales para cada emoción.

Efectos fisiológicos

Además de influir en el cerebro, las películas pertenecientes a este género afectan también al cuerpo fisiológicamente: incrementan el ritmo cardíaco, y en personas con enfermedades coronarias puede aumentar el dolor de pecho y la presión arterial; y causan un aumento en los niveles de adrenalina y cortisol.

Efectos psicológicos

Asimismo, la persona que consume con mucha frecuencia este tipo de películas puede llegar a sentir miedo, ansiedad, insomnio, fobias y traumas mentales.

Las películas de miedo congelan la sangre literalmente

Ver películas de miedo no cambia solo el funcionamiento de tu cerebro, sino también el de tu sangre. Así lo afirma el estudio Bloodcurdling movies and measures of coagulation: Fear Factor crossover trial, confirmando que la expresión «helar la sangre» está muy relacionada con esta actividad.

Según dicha investigación realizada por científicos del Centro Médico de la Universidad de Leiden, en Países Bajos, el factor VII (coagulante de la sangre) está muy presente mientras ves una película de terror. Eso se debe a que tu cuerpo se prepara para detener el sangrado en caso de ataque, sin riesgo real de que finalmente se formen coágulos.

Ante escenas de miedo el cuerpo se prepara para detener el sangrado en caso de ataque

A pesar de la gran influencia que tienen estas películas en nosotros, lo mejor que se puede hacer para combatir sus efectos negativos si nos gusta verlas es recordar en todo momento que no estamos ante algo real, sino que es una ficción diseñada para asustar, además de recordar que la industria invierte mucho tiempo y dinero para lograr ese efecto. Por supuesto, lo más importante es que tengas en cuenta que no tienes que ver la película si no quieres; siempre podrás leer el libro o los resúmenes en internet.

Bibliografía:

Estudio Bloodcurdling movies and measures of coagulation: Fear Factor crossover trial:  https://www.bmj.com/content/351/bmj.h6367

Investigación de la Universidad de Nueva York: https://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/11/24/neurociencia/1322158308.html