La ciencia es un conocimiento al servicio de la sociedad. Este es el principio que guía la nueva Ley de la Ciencia de Cataluña, aprobada el pasado 14 de diciembre con la mayoría de los votos. Innovación, sostenibilidad, cohesión social y equilibrio territorial son los pilares en los que se sostiene esta nueva normativa, que por primera vez en Cataluña define un marco de gobernanza propio para el sistema de conocimiento que se ajusta al ritmo de desarrollo científico. Su principal objetivo es incentivar la investigación científica en el territorio y lograr ajustarse a los estándares europeos, y para ello apuesta por la estabilidad económica y jurídica, la igualdad y la promoción del personal científico como puntos clave de cara a su consecución.

La Generalitat fija en 305 000 000 € el incremento de inversión para la investigación científica en Cataluña

Siendo conscientes de que las penurias económicas entorpecen el correcto desarrollo y finalización de los proyectos científicos, el Govern con la nueva ley ha fijado un incremento de financiación pública y privada de la investigación de 305 millones de euros, y establece para 2031 que la inversión en investigación alcance el 1 % del PIB. De estos 305 millones, 180 irán destinados a universidades, y los 125 restantes para otras instituciones.

Asimismo, el incremento también se extiende al número de investigadores que trabajan en la autonomía. Para ello se ha fijado el objetivo de aumentar el personal investigador en 7000 personas (un 23 % más que los 30 000 trabajadores actuales). Esto permitirá a Cataluña situarse al nivel de la media de otros países europeos que cuentan con 4750 investigadores por millón de habitantes.

Se promoverá el acceso de predoctorales y posdoctorales a plazas en investigación

Entre los principios que guían esta nueva normativa están la promoción de la igualdad, el avance en la renovación generacional, el fomento de las vocaciones científicas sin brecha de género y con inclusión de los colectivos poco representados socialmente, y el desarrollo profesional respetuoso con la maternidad, la crianza y la conciliación de la vida personal, familiar y profesional; motivo por el cual la mayor parte de profesionales que se incorporarán a las nuevas plazas serán investigadores que están al inicio de sus carreras, tanto predoctorales como posdoctorales.

Además, en este aumento de plazas también se contempla el programa ICREA, que permite fichar a investigadores de cualquier país con sueldos competitivos en el contexto internacional. A partir de este año se abrirán las plazas para incorporar al menos un total de 20 investigadores anualmente.

Los trabajadores tendrán órganos de representación en los centros de investigación

La inseguridad jurídica es otra de las afecciones que durante años ha lastrado la competitividad internacional de los centros de investigación, por ello esta normativa tiene también como enfoque corregir esta vulnerabilidad jurídica, impulsando para ello medidas de estabilización y movilidad como la consolidación de las plantillas estructurales; fortaleciendo las condiciones de trabajo del personal investigador y de los investigadores en formación por medio de un convenio sectorial de investigación; e incorporando representantes de los trabajadores en los órganos de gobierno de los centros de investigación.

En resumen, la nueva Ley de la Ciencia catalana supone un avance considerable hacia la creación de una comunidad científica de calidad y de una ciencia al servicio de la sociedad, que busca respuestas a los desafíos globales que plantea la nueva década. Al respecto, en ella se prevé que en los próximos seis meses se definan cuatro importantes planes rectores para el sistema de conocimiento del país: el plan estratégico universitario en investigación y transferencia de excelencia, las estrategias de igualdad de género en la ciencia, la estrategia de ciencia abierta, y la de innovación y transferencia de conocimiento.

Fuentes:

Nota de prensa. Departamento de Investigación y Universidades (gencat.cat)