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La última tecnología en alimentación se exhibe en Barcelona

Alimentaria Food Tech presenta anualmente las últimas novedades en tecnología de los alimentos y las bebidas

El exagerado consumo de proteínas animales hoy en día es una de las problemáticas a nivel global que agravan los efectos del cambio climático en el planeta. La ganadería emite una cantidad considerable de gases de efecto invernadero (metano), y tiene consecuencias medioambientales en la cadena de suministro hasta llegar al consumidor final.

Todo ello obliga a la comunidad científica a afanarse por encontrar nuevas alternativas alimentarias. El ser humano no puede prescindir de un nutriente tan importante como la proteína, así que aunque las proteínas vegetales son una opción a plantearse, la tecnología actual intenta crear alternativas de la misma calidad que la proteína animal. La feria de innovación Alimentaria Food Tech es el evento por excelencia donde se exhibe la última tecnología para la transformación y conservación de alimentos y bebidas, desde maquinaria innovadora hasta los avances en proteínas de nuevos orígenes que transformarán la cadena alimentaria.

Las proteínas alternativas se pueden obtener de carne de cultivo, algas marinas, insectos o todo tipo de plantas

En este sentido, el centro tecnológico Eurecat tiene como línea de investigación principal la generación de proteínas alternativas. Roger Marine, investigador de la Unidad de Nutrición y Salud en el centro, nos explica que este tipo de proteínas se pueden obtener «de carne de cultivo, algas marinas, insectos o todo tipo de plantas». No obstante, «no es cuestión de buscar solo una sustitución, sino de mirar qué tipo de alternativa se presenta», remarca Marine, especialmente en cuanto a «la composición nutricional de esta proteína y su impacto en la salud».

El sector de la alimentación representa más de 144 000 millones de euros de producción y emplea a casi a medio millón de personas

Más allá de la innovación científica y tecnológica, la alimentación es un sector determinante en nuestra economía, representa más de 144 000 millones de euros de producción y emplea casi a medio millón de personas, por eso centros tecnológicos como el citado anteriormente trabajan para dar respuesta a todas las necesidades que existen hoy en día dentro del proceso de transición proteica que se percibe como una necesidad.

La ciencia busca crear nuevas proteínas mediante la fermentación de residuos

Helena Torrell, investigadora de la Unidad de Ciencias Óhmicas en Eurecat, nos explica que actualmente están trabajando «con hongos que puedan fermentar residuos de la industria alimentaria y de ahí se obtengan aminoácidos y proteínas que puedan ser una fuente alternativa de consumo, que no es ni vegetal ni animal, pero que es mediada por un microorganismo», es decir, creada genéticamente. Aspiran a ir más allá y poder editar genéticamente estos microorganismos, de forma que eso les permita mejorar la calidad proteica mediante la fermentación de residuos.

Mientras las proteínas alternativas siguen sin alcanzar la calidad deseada la inacción no es una opción. La dieta vegetariana continúa siendo una forma de contribuir al cuidado del medio ambiente. Así lo demuestran las evidencias encontradas por el Transition paths to sustainable legume based systems in Europe (TRUE), un proyecto financiado por la Unión Europea (UE), según el cual cambiar la fuente de proteínas de la dieta por vegetales en lugar de carne es algo más sostenible.

Los guisantes tienen una proporción de densidad de nutrientes respecto a la huella medioambiental aproximadamente cinco veces superior a la de cantidades equivalentes de cordero, cerdo, ternera o pollo

Al respecto, en un estudio llevado a cabo por uno de los socios del proyecto TRUE, el Trinity College Dublin, los investigadores puntuaron las legumbres por su coste medioambiental de producción (incluidas las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación de las aguas subterráneas y el uso de la tierra), así como según su contenido de nutrientes, y concluyeron que tenían un coste de producción medioambiental menor, al tiempo que presentaban la mayor densidad de nutrientes. Esto quiere decir, por ejemplo, que los guisantes tienen una proporción de densidad de nutrientes respecto a la huella medioambiental aproximadamente cinco veces superior a la de cantidades equivalentes de cordero, cerdo, ternera o pollo.

Alimentaria Food Tech permite percibir la relevancia del momento a nivel de investigación científica porque, por un lado, pone de relieve el nivel de concienciación sobre la importancia de la proteína dentro de la alimentación humana, y por otro, muestra los avances en las nuevas formas de conseguir crear proteínas iguales o mejores que las de origen animal. «Se trata de una industria muy regulada con unos procesos complejos, y en la que introducir nuevos elementos supone un largo camino», según afirma Torrell. De todos modos, esto no les frena, ya que la sociedad exige nuevos productos de calidad y eficacia alimentaria lo antes posible.

Fuente: INÈDIT AGÈNCIA.

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