La llegada de la inteligencia artificial (IA) a los diferentes sectores ha constituido toda una revolución, en el mundo educativo también. En las aulas los estudiantes han pasado de consultar en Google y surfear por la web en busca de respuestas, a plantear sus preguntas directamente a un chatbot.

La incorporación de la IA exige un cambio de paradigma en las aulas, al igual que supuso la aparición de Internet en su momento

Esta tecnología exige un cambio de paradigma en las aulas, al igual que supuso la aparición de Internet en su momento. De hecho, algunas escuelas ya están adaptando el currículo y las formas de enseñanza a la nueva realidad. Es el caso de St. Peter’s School, un colegio internacional de Barcelona que ha decidido incorporar ChatGPT y otras herramientas de inteligencia artificial en sus procesos educativos, igual que hizo con su análogo GPT3 en su momento.

«La enseñanza tiene que pasar de compartir conocimientos a fomentar la curiosidad, y de conocer las respuestas a saber qué preguntas se tienen que hacer»

Al apostar por estas nuevas herramientas, la escuela pretende mejorar el aprendizaje de los alumnos. Para St. Peter’s School esta tecnología es una oportunidad que hay que aprovechar, por ello su uso se «normalizará» en las tareas de la escuela, con el convencimiento de que «la enseñanza tiene que pasar de compartir conocimientos a fomentar la curiosidad, y de conocer las respuestas a saber qué preguntas se tienen que hacer», explica Teresa Ferrer, coordinadora curricular de la escuela.

Ferrer ha subrayado que ante la aparición de estas herramientas artificialmente inteligentes no es posible «prohibir el acceso, negar su existencia, instaurar herramientas contra el plagio y adherirse a viejos paradigmas perdiendo nuevas oportunidades».

«La honestidad académica del alumno se convierte, más que nunca, en actor principal»

El uso de la IA de forma recurrente en educación obliga a repensar estrategias, objetivos, recursos e, incluso, las fórmulas actuales de evaluación, para asegurar que mejoran las competencias de los alumnos con las nuevas formas de enseñar y aprender. La escuela tiene claro que, en este escenario que abre la IA, «la honestidad académica del alumno se convierte, más que nunca, en actor principal».

Para Teresa Ferrer el aprovechamiento de esta oportunidad que ofrece la IA pasa por «la comprensión profunda de la herramienta y por dar seguridad en su uso a todos los miembros de la comunidad educativa». En este sentido, uno de los puntos clave para la adopción de la IA en el que la escuela ha puesto el foco es la formación del personal docente sobre su uso en las aulas.

Asimismo, completan este plan de adopción de la IA la creación de un comité escolar para investigar y discutir la ejecución de la política de la escuela en cuanto a los lenguajes modelo de IA; y la investigación sobre su impacto en la metodología, el contenido y la evaluación.

Fuente:

St. Peter's School