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Mi profesor es un holograma

una realidad que reta a la ficción

¿Somos capaces de imaginar un aula donde el profesor es un holograma? ¿Somos capaces de prestar la misma atención a una fotografía en movimiento que habla a tiempo real que al profesor de toda la vida? Lo cierto es que, así, en frío, esto recuerda más a una escena de ciencia ficción que a la realidad. Pero, qué útil sería poder recibir lecciones de maestros que se encuentran a cientos o miles de kilómetros de distancia, ¿no crees?.

Hologramas con fines educativos

La proyección holográfica es ya una realidad, así como lo es también la búsqueda de sus fines educativos. Lejos queda aquella escena de Star Wars donde el holograma de la princesa Leia decía: Ayúdame Obi-Wan Kenobi, eres mi última esperanza; por lo menos si la recordamos como algo propio del cine.

Una vez más parece cumplirse la famosa sentencia de que la realidad supera la ficción, esta vez para convertirse en un proyecto de educación que podría materializarse mucho antes de lo previsto. O, quién pensó, antes de que los dispositivos móviles existiesen, que todos terminaríamos poseyendo uno de forma condicional.

En el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterre,  TEC, se ha dado hace pocos días una clase magistral donde el profesor no ha sido de carne y hueso, sino un holograma. “La experiencia está acompañada por la formación de pedagogía y la compartimos no solo con los alumnos, sino con profesores. Así vamos fortaleciendo ese nivel académico”, explica Marcelo González, uno de los cinco profesores que han participado en el proyecto.

La clase holográfica del Tec lleva por nombre Curso Colegiado Avatar, donde cinco maestros de diferentes centros educativos de distintas ciudades alternan clases durante un semestre impartiendo lecciones a más 160 alumnos.

Lejos de lo que puedan imaginar algunas mentes “el proyecto no es para ahorrarse profesores, sino, al contrario, para poder aprovechar sus conocimientos y talento”, explica Eduardo González, otro de los cinco profesores participantes.

En la clase magistral el profesor aparece a tiempo real y los alumnos pueden interactuar con absoluta normalidad. Una de sus principales características es que los estudiantes pueden imaginar que están dando clase con alumnos y compañeros de centros que se encuentran a una larga distancia, lo que genera una gran sensación de comunidad. Marcelo González, alumno de Monterey comenta que la experiencia “fue algo muy bueno, ya que el profesor. no tiene la necesidad de estar ahí de forma presencial y puede dar clase a muchos alumnos a la vez.”

Más información:

- Instituto Tecnológico y Estudios Superios Monterrey

- Holigrafía

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