En España se estima que más de 160 000 estudiantes son superdotados, sin embargo, tan solo el 0,5 % de ellos ha sido identificado. Alicia Rodríguez Díaz-Concha, presidenta de la Asociación Española para Superdotados y con Talento, nos cuenta que se tarda una media de tres años en detectar al alumno con altas capacidades. «En estos tres años el alumno se frustra, se aísla, somatiza el malestar por medio de dolores físicos o de cabeza y no quiere ir al colegio».

La inteligencia es una de las capacidades más valoradas por el ser humano, sin embargo, sigue siendo la gran olvidada del sistema educativo. La alta inteligencia, que posee tan solo un 2 % de la población mundial, representa uno de los mayores retos a gestionar por docentes y gobiernos.

En España más de 160 000 estudiantes son superdotados

En España, según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, se estima que más de 160 000 estudiantes son superdotados, y más del 90 % están sin identificar. La detección precoz de la alta capacidad en niños es fundamental para garantizar un desarrollo exitoso a nivel personal y académico; una tarea desafiante en el caso de España, pues tan solo el 0,5 % de ellos ha sido identificado.

Vídeo de la entrevista a Alicia Rodríguez, presidenta de AEST, Asociación Española de Superdotados y Talentos, Madrid

Los niños con altas capacidades son autodidactas, sensibles y prefieren conversar con adultos

Se trata de niños que «aprenden con poca instrucción; autodidactas sobre todo para leer y escribir; interesados en los planetas y animales; sensibles al tacto, sonido y luz; y les encanta conversar con personas adultas de temas profundos», nos explica Alicia Rodríguez Díaz-Concha, presidenta de la Asociación Española para Superdotados y con Talento (AEST). Más de la mitad de los niños con altas capacidades fracasan en España por no ser atendidos correctamente. El talento de estos niños es innato, pero necesita estimulación. De hecho, la no detección de su condición puede desembocar en un fracaso escolar a pesar de su alta capacidad.

Mientras se espera la valoración por el sistema el niño se frustra y aísla

Según Alicia Rodríguez, el principal fallo está en el tiempo de detección: «el sistema educativo suele tardar hasta tres años en hacerles la valoración; tres años en los que el niño se frustra, se aísla, rechaza ir al colegio porque se aburre, e incluso puede llegar a padecer episodios psicosomáticos de salud tales como dolores de cabeza intensos y continuos», advierte. Los docentes necesitan aprender a mentorizar a estos niños. Otra barrera que obstaculiza el correcto desarrollo de los niños con altas capacidades es la escasa formación de los docentes sobre sus necesidades. Alicia Rodríguez Díaz-Concha confiesa que «hay muchos profesores que se implican en conocer los perfiles de estos niños» y en aprender por su cuenta técnicas acordes a sus formas de aprendizaje.

Desde la AEST consideran que el sistema educativo actual no tiene en cuenta las necesidades de los niños y niñas con altas capacidades, a pesar de que en la ley educativa se garantiza su derecho a recibir una educación diferenciada acorde con sus necesidades. En palabras de su presidenta, lo que necesitan estos niños es «profesores mentores que les inciten a aprender más, que les animen a buscar la información por su cuenta, y que les motiven a profundizar en los temas con la investigación».

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