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Ruido en las aulas

Un motivo de bajo rendimiento escolar

Diferentes estudios consideran el exceso de ruido en los centros educativos una causa directa que afecta al rendimiento escolar. La continua exposición de los alumnos a niveles altos puede alterar los procesos cognitivos, lo que se traduce en déficit de atención y bajo rendimiento.

Para los profesores el ruido también es un problema. Desarrollar la actividad docente en centros donde existe una alta contaminación acústica puede generar patologías como el agotamiento de la voz y estrés.

 

¿Qué es el ruido y cuál es su nivel óptimo en las aulas?

Definimos el ruido como un sonido no deseado, desarticulado y por norma general desagradable. Es un sonido que se mide en decibelios.

Los valores stándar sobre el ruido muestran que el canto de los pájaros equivale a 20 decibelios, 25 el susurro de los árboles, 35 para una sala de estudio y 70 decibeleios para un aspirador. Este barómetro, aunque sea de carácter general y no atienda a los diferentes contextos posibles, sirve para ponerse en situación cuando hablamos de cuál debería ser el nivel óptimo de ruido en las aulas de los centros educativos.

Siguiendo la serie de valores guía de La Organización Mundial de la Salud (OMS) el nivel ideal en las aulas escolares y preescolares no debería exceder los 35 decibelios. Según esta organización sobrepasar este nivel afecta a los procesos cognitivos, un nivel que no alcanzan muchos centros españoles.

Entre las diferentes medidas de prevención destaca el desarrollo de campañas escolares de sensibilización. También existen medidas sencillas, rápidas y muy económicas. Estas son las 10 que propone La Asociación CLAVE (organización de atención a la deficiencia auditiva):  

1.    Planificar los horarios de aquellas actividades fuera del aula que generen cualquier ruido externo.
2.    Colocar protectores en las patas de las sillas y los escritorios.
3.    Poner fieltro o goma en la base pueden y en el interior de las bandejas y cajas de material a fin de reducir el ruido que se produce al recoger los materiales.
4.    Descartar el uso de estuches y material educativo metálico.
5.    Utilizar calzado de suela de goma
6.    Delimitar las distintas zonas de actividad en el aula con alfombras, corcho o goma.
7.    Usar fuentes de luz silenciosas.
8.    Colgar paneles o figuras decorativas realizadas en corcho o en otro material absorbente.
9.    Entelar paños de pared sobre un acolchado de algodón o colocar paneles de corcho en las paredes.
10.   Instar a los alumnos a una actuación responsable que respete el bienestar del resto del aula.

Más Información:

Organización Mundial de la Salud

Clave Fundación Oír es Clave

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