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Adiós agosto, hola rutina

Estrés postvacional, un síndrome muy común

La última semana de agosto es también, para muchos, el inicio de un largo año de trabajo hasta que vuelvan a llegar las esperadas vacaciones. Para la mayoría, la vuelta a la normalidad laboral no supone ningún trastorno, ya que volvemos relajados y con ilusión. Aun así, es conveniente que durante los días previos a regresar nos adaptemos a la rutina habitual de los horarios, la alimentación, el ocio y las horas de sueño de manera progresiva para evitar sufrir el “síndrome postvacacional”.

No hay que asustarse, porque “síndrome” no es una enfermedad, se trata de una dificultad para adaptarse que puede producir diversos síntomas por existir un miedo determinado, el regreso al trabajo. Los psicólogos informan que si hay problemas o tensión en el trabajo antes de las vacaciones, el estrés que produce la idea de regresar a la rutina será más agudo. También parece ser una tendencia que afecta más a mujeres que a hombres. Tal vez porque el estrés no se debe únicamente por el disgusto del  regreso al trabajo sino por todo lo que conlleva el final de las vacaciones: la vuelta al colegio, la cuesta de septiembre con todos los excesos económicos de las vacaciones más las necesidades extraordinarias de la equipación escolar.

Durante el verano aprovechamos para quitarle las pilas al reloj y no hacer caso de las horas, Pero con la vuelta a la rutina, debemos marcarnos los tiempos y organizarnos el día a día: la hora en la que nos levantamos, cuándo tenemos un rato para comer y si nos queda tiempo libre para pasarlo con la familia. Lo mejor es que nos anticipemos avisando a nuestro cuerpo que le quedan pocos días de vacaciones.

Lo mismo pasa con la alimentación. Cuando estamos de vacaciones comemos de manera diferente: salimos a comer fuera, perdemos la rutina de ir al gimnasio y no miramos tanto las calorías que ingerimos. Pero llega septiembre, nos subimos a la báscula y vemos unos quilos de más. Para volver a una alimentación saludable existen unas pautas que pueden ayudarnos sin la necesidad de seguir una dieta estricta:

  • Realizar cinco comidas al día
  • Beber dos litros de agua al día aproximadamente
  • Ingerir alimentos integrales
  • Comer cinco piezas de fruta y verdura al día
  • Optar por cocción y horno. Olvidarnos de los fritos
  • No ingerir demasiado azúcar

Además de estos cambios, con la vuelta a la rutina también nos proponemos nuevos retos:

Apuntarnos a un gimnasio

Aprender un nuevo idioma

Salir con personas nuevas y tal vez redescubrir el amor

Quizás, durante el verano no tuvimos tiempo para dedicárselo al amor y no conocimos a esa persona especial que nos podría ayudar a volver a la rutina de una forma más amena y llevadera. En ese caso, existen páginas como www.badoo.com, www.meetic.es, www.edarling.es o www.zoosk.com en las que se puede conocer gente nueva y tener citas para sumar más nuevas experiencias a tu vuelta a la rutina. Lo más novedoso son aplicaciones para móviles que facilitan encontrar a personas cerca de ti.

Y para ir a trabajar con una sonrisa cada día se pueden empezar a planificar los objetivos para el año que viene. ¿Todavía no sabes a dónde vas a ir? ¡No importa! Deja que tu cabeza se imagine lugares y motívate para conseguir lo que deseas.

 

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