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Plazas para combatir la contaminación

Una apuesta por la salud de los niños

A finales de 2019 la contaminación aumentó en las principales ciudades españolas, especialmente Madrid y Barcelona, lo que las obligó a declarar de forma urgente la emergencia climática. A raíz de estos sucesos las ciudades tomaron varias medidas para reducir los efectos de este calentamiento global cuyas consecuencias justo ahora nos están empezando a alcanzar. 

Teniendo en cuenta que la infancia es el colectivo más vulnerable a los efectos de la contaminación, en enero de este año Barcelona ha puesto en marcha una iniciativa que pretende reducir la exposición de los niños a la contaminación acústica en las escuelas construyendo plazas delante de cada centro educativo. 

La infancia es el colectivo más vulnerable a los efectos de la contaminación

El objetivo de todo ello es reducir los riesgos a los que se exponen los niños y niñas en las escuelas en entornos urbanos, riesgos como la inseguridad en los alrededores del centro, lo que reduce drásticamente su autonomía, ya que al estar cerca de carreteras por donde circula mucho tráfico no tienen muchas oportunidades de jugar o pasear por las calles.

Barcelona apuesta por construir plazas delante de escuelas para proteger a la infancia de los efectos de la contaminación

Por otro lado, la contaminación ambiental, fruto de las emisiones de los vehículos y de la actividad industrial, es otro riesgo al que se exponen los niños en entornos urbanos; de hecho, la contaminación del aire nos afecta a lo largo de toda la vida, desde que estamos en el vientre materno hasta la muerte. Esta misma contaminación afecta al cerebro de los niños y niñas. Varias investigaciones concluyen que la exposición diaria a dióxido de nitrógeno (NO2) y hollín (carbono negro), dos de los contaminantes asociados al tráfico, afecta al desarrollo cognitivo infantil. De hecho, muchas de las enfermedades que en la actualidad resultan comunes (cáncer de pulmón o diversas enfermedades respiratorias) son provocadas por la permanente exposición a la polución del aire.

La continua  exposición a los contaminantes que emite el tráfico afecta al desarrollo cognitivo de los niños

Asimismo, en las grandes urbes hay otro riesgo que afecta gravemente a los niños y niñas: la contaminación acústica, puesto que el ruido, además de ser una gran molestia, afecta a la salud hasta tal punto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica el procedente del tráfico como el segundo factor medioambiental más perjudicial en Europa, solo detrás de la contaminación del aire.

Los espacios abiertos y sanos fomentan la salud mental, mejoran la memoria y la atención

Así pues, el oído sensible de los niños puede verse gravemente afectado por el exceso de ruido, ya que se recomienda no exponerse con frecuencia a sonidos que superen los 55 dB, y el ruido del tráfico, que es la principal fuente de contaminación acústica (es el responsable de un 85 % de las emisiones acústicas), puede alcanzar de 80 a 85 dB. Según la Comisión Europea, más del 30 % de la población en España está expuesta a niveles de ruido superiores a los 65 dB procedentes del tráfico. Este exceso de ruido puede tener efectos negativos tanto auditivos como no auditivos. En los niños, además de generar problemas auditivos, puede adelantar la edad de envejecimiento fisiológico de la audición, y ocasiona problemas en su proceso de enseñanza y aprendizaje. Esto repercute también en su desarrollo cognitivo, disminuyendo su rendimiento académico por falta de concentración, dificultad de atención y fatiga.

Así pues, teniendo en cuenta los tres principales riesgos a los que se expone la población infantil en las ciudades (inseguridad, contaminación del aire y exceso de ruido), cabe remarcar que la planificación urbana puede desempeñar un papel importante para disminuir el efecto negativo de estos factores, como por ejemplo reducir los niveles de ruido, en este caso apostando por crear más zonas verdes y azules en las ciudades en los entornos en los que se mueven los niños, lo que contribuye a minimizar los otros dos peligros. Por tanto, construir plazas delante de los colegios es una excelente apuesta, sobre todo si tenemos en cuenta los beneficios de estos espacios, como una mejor salud mental o mejor memoria y atención, pues como reveló el estudio Breath del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) en los colegios de la ciudad donde hay mayor número de árboles los niños tienen mejor memoria de trabajo, capacidad de atención y de resolución de problemas.

 

 

Para mas información visite:

https://www.isglobal.org/es/ciudadesquequeremos?gclid=CjwKCAiAhc7yBRAdEiwAplGxXyy9gZi0dw9yTB8QQWKn318yZARUHgS4ELuPQ836WAK8DkenqbqCpBoCvUUQAvD_BwE#contaminacion

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