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Rutinas de verano

Para hacer frente al caos estival

Primer paradigma, «no hay rutina que sobreviva al verano»

Vuelven los días infinitos, el caos en los horarios de comida, menos horas de descanso, actividades al exterior, sol, playa, montaña, viajes… Te damos algunos consejos para organizarte y ayudar a que los más pequeños de la casa mantengan algunas pautas durante los 100 días de verano hasta el regreso a la escuela.

Consejo 1: No intentes seguir la rutina de los días de colegio

Es imposible tener los mismos horarios que cuando se va a la escuela. Tal vez, si los niños acuden a algún campamento de verano, los horarios podrán ser algo más parecidos. Pero todos hacemos más actividades, por las horas de luz, en las tardes de verano que durante las tardes de invierno. 

Consejo 2: Hacer un calendario y un horario

Te recomendamos crear un calendario para el verano. Existe una página web gratuita donde se pueden personalizar e imprimir calendarios infantiles, para que los niños colaboren y participen en la gestión del tiempo.

Recomendamos construir un nuevo horario con pautas que se deben cumplir, por ejemplo, la hora máxima de irse a dormir, o bien la hora de levantarse y de desayunar. Hay que recordarles a los más pequeños que es durante el verano cuando los niños suelen crecer más gracias a la exposición al sol que ayuda a la metabolización de la vitamina D y estimula la hormona del crecimiento.

Consejo 3: Crear una lista de tareas

Podemos usar el calendario personalizado para incluir tareas «objetivo del verano». Por ejemplo, señalar los días de campamento, los días de ir a la playa, días para reorganizar la habitación, o bien el momento de hacer los deberes escolares del verano o de repasar temas para el próximo curso.

Consejo 4: Crear premios o recompensas

Los premios o las recompensas son uno de los temas que más controversia genera en lo que a educación se refiere. Por supuesto, no nos referimos a recompensas económicas sino de cualquier otro tipo que fomenten los hábitos correctos que pretendemos inculcar durante el verano. Por ejemplo, si te acuestas de domingo a jueves a las 21:30 el viernes te puedes quedar hasta más tarde. Una recompensa ayuda al niño a reflexionar sobre cómo conseguirla.

Consejo 5: Lo negociable y no innegociable

Hay dos hábitos que se modifican en verano y que son imprescindibles para la salud de los niños: las horas de descanso y las comidas.

Como madres y padres debemos ser firmes en indicar condiciones mínimas innegociables dentro de nuestro calendario personalizado para el verano. Por ejemplo, conviene establecer una comida caliente y completa al día. Está estadísticamente probado que los niños aumentan de peso hasta una talla durante el periodo vacacional. El abuso de bebidas azucaradas y helados, y la sustitución de comidas caseras por bocadillos o snacks, facilitan el aumento de peso y sobre todo la mala nutrición de los niños en un momento de mayor actividad física.

Las horas de descanso deberían de ser otra condición mínima innegociable. El caos del verano no facilita el propósito de acostarse temprano, especialmente en nuestro país. Podemos intentar fomentar la siesta o el descanso después de comer durante las horas de máximo calor. Dormir y descansar es tan importante como una correcta alimentación para el desarrollo sano y feliz de los niños.

Con caos o con disciplina, el verano está aquí y hemos de saber adaptarnos a un nuevo calendario sin poner en peligro la desconexión y el descanso bien merecido que deben disfrutar los más pequeños antes de la vuelta al colegio.

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